Dentro del mapa arquitectónico y cultural español, la ciudad de Granada, en Andalucía, ocupa un puesto notablemente importante al albergar en sus entrañas una de las edificaciones más importantes de la historia: la Alhambra.
En numerosas ocasiones hemos podido saber como muchas de estas obras albergan características o detalles que, para la época en la que fueron construidas, se mostraban altamente avanzadas para la época en que se colocó la primera piedra. Y la Alhambra no iba a ser la excepción.
Según un proyecto de investigación SONBIO llevado a cabo por la universidad de Granada se han podido conocer las sorprendentes e inusuales peculiaridades de una Alhambra que llegaría a poder considerarse como una Smart City o ciudad inteligente del siglo XXI.
En este sentido, el estudio se llevó a cabo a partir de una caracterización energética, midiendo la temperatura y la humedad con sensores. A la vez, unas imágenes termográficas de los palacios nazaríes y distintas medidas de capacidad de conducción del calor en sus muros complementaron las anteriores mediciones.
Por otro lado, se realizó por primera vez un mapa termográfico e higrométrico que les condujo hasta afirmar que la obra arquitectónica es eficiente desde le punto de vista energético. Un investigador de la Universidad de Granada explicaba en que se basaban estos descubrimientos:
“Se han captado diferencias térmicas de más de 10ºC en el mismo día y hora en diferentes zonas. Los techos de mocárabes actúan como un aire acondicionado natural. Al final se ha desvelado que existe un microclima propio para cada una de sus zonas y estancias´´.
Según el mismo, dichos muros mantienen una eficiencia energética superior en muchos casos a construcciones del siglo XXI.