¿Cómo promover la responsabilidad medioambiental en las aulas?

Entrando ya en finales de Agosto, los anuncios de la vuelta al cole inundan las pantallas de nuestros televisores, dando por finalizado otro periodo vacacional de verano y atormentando o alegrando a jóvenes que un año más se tienen que poner la mochila a la espalda para acudir a sus colegios.

A pesar de lo dramático que parezca, lo cierto es que muchos niños y adolescentes no ven el momento de dar por iniciado el nuevo curso académico. Tras un verano aún algo convulso por la situación sociosanitaria, dentro de unas pocas semanas tendrán que volver a la rutina y acudir diariamente a sus clases.

Es precisamente el momento de la vuelta al cole el más indicado para introducir cambios en la dinámica de las clases o para informar a los alumnos de nuevas medidas o recomendaciones a realizar. Por ello, y aunque el consumo responsable y la sostenibilidad no sea cosa de niños, son ellos los que pueden cambiar la situación y dirigirnos hacia un futuro pintado de verde.

En este artículo, trataremos algunas recomendaciones que pueden dirigirse a los más jóvenes desde las aulas, para concienciar a una población aún no conocedora del problema que nos atañe y del que somos responsables.

  • 0 plásticos

Tan típica es la comida en los recreos de los colegios como los envases de plástico que a ella le acompañan. Si pensamos en un solo niño que utiliza todos los días envases de plástico diferentes para luego desecharlos, al final del curso escolar se medirán en cientos los residuos de plástico generados por el mismo niño. Si esto lo multiplicamos por la cantidad de jóvenes que pueden hacer lo mismo, la cantidad de residuos generados es inmensa.

Por ello, una primera pauta para combatir la contaminación y potenciar la sostenibilidad es el fomento de los envases reutilizables (como el túper o las botellas de acero inoxidable para la bebida).

  • La regla de las 3R (Reducir, Reutilizar y Reciclar)

A pesar de que casi todos hemos oído hablar de la regla de las 3R en las propias aulas, lo cierto es que casi siempre se queda en la teoría, ya que los colegios y centros educativos son grandes consumidores de papel y cartuchos de tinta.

Por ello, tanto desde casa como las aulas se debe fomentar un uso responsable y limitado del papel, reutilizando y aprovechando al máximo este tipo de recursos.  Algunos ejemplos de consumo responsable pueden ser:

  • La utilización de cuadernos y hojas de cursos anteriores.
  • Utilización de papel “en sucio” para tomar algunos apuntes.
  • Imprimir a doble cara.
  • Digitalización de la educación.
  • Fomentar un transporte sin emisiones

Otro de los grandes problemas medioambientales es generado por los vehículos de motor. Por ello, desde los centros educativos se debe fomentar y ayudar al uso de un transporte responsable con el medio ambiente.  Andando o en bici son algunas de las formas más saludables y sostenibles de realizar el trayecto a la escuela.

Fuente: Todopapás

  • Consumo de luz, agua y calefacción

Apagar la luz en clases vacías, utilizar de manera eficiente el agua, o no abusar de la calefacción. Todas estas recomendaciones tienen que ser aplicadas tanto por los adultos como por los más jóvenes. Por ello, es imprescindible fomentar, desde las aulas, un uso responsable de estos recursos escasos o contaminantes, de manera que se garantice un buen consumo desde las edades más tempranas.

Tal y como las hemos tratado, estas son las acciones básicas que se deben emprender en una escuela para luchar contra la contaminación y concienciar a los más jóvenes de la importancia del medio ambiente. Sin embargo, todavía son muchas más las buenas prácticas que se pueden desarrollar. Algunas de ellas pueden ser:

  •  Realizar excursiones o clases al aire libre que potencien la conexión con la naturaleza de los alumnos.
  • Realizar proyectos relacionados con la naturaleza y el medio ambiente, como la creación de un huerto en el colegio.
  • Charlas sobre la importancia de la biodiversidad.
  • Implantar una “agenda verde escolar”.
  • Etc.

Como hemos comprobado a lo largo de los años, la sostenibilidad y la responsabilidad medioambiental es un problema generado por los adultos, pero que repercutirá principalmente en las clases más jóvenes. Por ello, resulta imprescindible educar a niños y adolescentes en un clima de respeto hacia las personas y su entorno.

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